SUERTE DE RODILLAS CON LA MULETA
Una lidia entera de muleta podría hacerse de rodillas. No en todo momento, desde luego (aunque algún <<loco heterodoxo>> podría intentarlo), sino uniendo diferentes suertes en las que el torero se encuentre en posición genuflexa. Así ocurre también con el capote, sin duda porque el torero siempre a intentado ir un poco más allá de lo estrictamente normal.
PASES DE COMIENZO DE FAENA
Aquí no cuenta la estética. Lo que prima ahora es, fundamentalmente, el riesgo y la emoción, Y también la sospresa, desde luego, porque nada más en contra de la propia esencia de estas suertes que la esperada repetición de las mismas, siempre emocionante y arriesgado salvo algunas excepciones.
La pedresina y el cambio de rodilla tiene varios puntos en común (sacar la muleta por la espalda, cambiar la trayectoria del toro, citar desde lejos y, en última instancia, sorprender al espectador). muy característico también es el pase de pecho (y su contrario por el otro pitón), utilizados ambos de manera alternativa para salirse con los toros hacia los medios
LA SUERTES FUNDAMENTALES
Las orejas se cortan toreando de pie. De esto no hay duda, aunque, en ocasiones, torear por naturales o derechazos de rodillas ayuda a conseguirlas. algunos buenos toreros (Agustín Parra Parrita, Palomo Linares...) hicieron gala de su torero fundamental de rodillas, como una extensión de su capacidad para realizarlo de pie. No se trata de sustituirlos, sino de prolongarlo.
LOS MULETAZOS DE ADORNO
Hecha la faena, ya sólo queda rematarla. En este momento de la lidia de un toro entra en juego los adornos de rodillas. A grosso modo pueden ser de tres tipos: Las suertes que sirven para rematar otros muletazos (los pases de pecho, por ejemplo) los adornos que componen a su vez una tanda independiente de pases (las manoletinas o las giraldillas, entre otras) y los remates puros (el teléfono, por ejemplo). Todas tienen su misma finalidad y se realizan en el mismo contexto, si bien hay matices que las diferencias.
LA NAVARRA
La navarra tiene dos nombres y una larga historia. Esta suerte, aun siendo la misma es <<navarra>> en España y es <<chicuelina antigua>> en México. Pero el lance no cambia, sino lo que varía es la denominación y la manera en que la suerte llegó a uno y otro país. Su fama y antigüedad quedan reflejadas en todas las Tauromaquias decinomotícas, desde la de Pepe Hillo a la de Guerrita, pasando por la de Paquiro.
En España se conoce como navarra en referencia al primitivo torero navarro, en México se denomina chicuelina antigua porque allí la presentó Manuel Jiménez Chicuelo.
Años después, cuando el propio Chicuelo llevó a México la verdadera chicuelina, la que tiene ese nombre en todo el planeta de los toros. Posteriormente, Guerrita añadió en su tauromaquia, Rafael Guerrita habla de la navarra, y sin embargo, describe la suerte que pasando el tiempo será, será cuando Chicuelo la invente.
Don Fernando Domecq Solís pertenece a una de las familias con mayor raigambre en el mundo del toro bravo. Hermano de don Juan Pedro Domecq, titular del hierro del mismo nombre y de don Borja Domecq, actual representante de la ganadería de Jandílla, su nombre está ligado a la crianza del toro de lidia desde hace tiempo. De hecho, la muy importante ganadería Jandílla tuvo en la década de los ochenta un gran explendor gracias a sua aportación y trabajo.
Sin embargo, don Fernando Domecq decidió iniciar otro camino con la formación de una nueva ganadería. Para ello, en 1987, se hizo propietario del antiquísimo hierro de Zalduendo, formado por reses navarras de don Joaquín Zalduendo en las postrimerías del siglo XXIII. Desde entonces, el hierro fue pasando por los distintos herederos de don Joaquín, hasta que en en 1939, terminada la guerra civil, fue vendida definitivamente a don Martín Amigot Serna.
Este nuevo propietario conservó el hierro, la antigüedad y la divisa originaria del momento de su fundación. Cuando don Martín murió en 1946, la propiedad pasó a su hijo don Javier Amigot Sánchez, quien la mantuvo en su poder hasta que en 1965 fue vendida a la Sociedad Anónima <<Villaralto>>. Como ya queda dicho, don Fernando Domecq Solís adquirió todos los derechos de este hierro en 1987.
Con la ganadería en sus manos, don Fernando Domecq eliminó todas las reses procedentes de la compra hecha a <<Villaralto>>. Tan sólo conservó el hierro, la señal de oreja y divisa. El origen de la nueva vacada llegó de la parte que le correspondió en la división hecha entre todos los hermanos Domecq Solís de la vacada de Jandilla, a la que añadió reses de la ganadería El Torero, propiedad de su tio Salvador Domecq.
Sin duda alguna, dentro de la larga lista de toros bravos que la divisa encarnada y azul a dado desde el momento de su fundación, hay uno muy dignificativo: Jarabito. Ese astado se lidió en la Real Maestranza de Sevilla en una de las corridas de abono de la feria de 1999. Le correspondió en cuarto lugar al diestro trianero Emilio Muñoz, quien compartía cartel esa tarde con José Tomás y Morante de la Puebla. El juego de Jarabito rayó la perfección. La bravura, la clase, la entrega, la capacidad de lucha en todos los tercios fue tan grande y emotiva, que su memoria permanecerá viva por siempre en cuantos espectadores tuvieron la dicha de presenciar su lidia.
Ese toro de una gran seriedad y armonía, también se acercó al prototipo de su procedencia. Los toros de Zalduendo son, por tanto, animales de muy finas hechuras, pero con la caja y el esqueleto suficientes para admitir la presentación que se exige en las plazas mas importantes.
Sin duda alguna, el hierro de Zalduendo seguirá dando muchas alegrías a su criador. las ganaderías asentadas en criterios de selección tan serios y profesionales no pueden tener otro camino.
Fernando Domecq Solís es uno de los integrantes de la tercera generación de ganaderos de la familia Domecq y, tras haber dirigido la vacada de Jandilla, uno de los ganaderos más afamados de la actualidad
JOSÉ LUIS CUEVAS FLORES